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La guía indiscutible para que no te alborote tu (primera) mudanza

Te mudas. Abandonas el nido, despliegas las alas, te enrumbas en busca de nuevos horizontes. Dejas atrás ese territorio conocido que es la casa de tus padres. Y, como es natural, no tienes idea de cómo empezar. Pero estate tranquilo: estamos para ayudarte. Tenemos las recomendaciones indiscutibles para que no gastes de más ni te estreses en tu primera mudanza.

¿Por dónde empiezo? Lo primero es no temer al siguiente grupo de palabras: deshazte, renuncia, olvida, dona, bota, regala, vende. ¿Entiendes la idea? Sí.

Pues, vacía tus armarios, librerías y cajones y selecciona todo lo que no sirve para sacarlo de tu vida para siempre. Esa guitarra que nunca tocaste o ese skate viejo de tu adolescencia… es momento de dejarlos ir.

Una vez que has hecho esto y solo te has quedado con lo que vale la pena, consigue unas buenas cajas y una cinta de embalaje. Mucha atención aquí: ¡buenas cajas! No cualquier cartón viejo pegado a la mala. Procura cuidar tus cosas para que no se maltraten en el camión de la mudanza ni se te caigan a la hora de trasladarlas.

Asimismo, forra bien tu colchón para que no se ensucie y a la hora de desarmar tu cama no descuides las tuerquitas y los pernos.

El siguiente paso muchos lo suelen obviar y luego padecen. Rotula cada caja.

Usa un buen marcador y escribe en cada caja cuál es su contenido. Para que esto funcione, no mezcles. La ropa debe estar con la ropa; los libros, con los libros; la vajilla, con la vajilla.

Ten todo organizado y múdate de un porrazo. No te mudes en partes, pagando taxis innecesarios y a contrarreloj. Es así como se pierden las cosas o como empiezan los sobrecostos.

Tampoco contrates un camión enorme cuando solo necesitas trasladar unas cuantas cosas. Hay camiones de distintos tamaños y saber cuánta ayuda necesitas también será determinante en el precio.

Si crees que entre tú y el chofer del camión pueden cargar todo sin alargar la mudanza ni desgastarse demasiado, hazlo saber al momento de contratar el servicio.

También ten en cuenta de qué piso a qué piso vas y si hay posibilidad de subir las cosas en ascensor. Las dificultades –incluso si existen problemas para estacionar el camión– influyen en el precio.

Por último: ¿no conoces ninguna empresa de mudanza? Podrás creer que las Páginas Blancas ya no son de mucha utilidad en la era de las redes sociales… pero sí, aún lo son.

Dale una ojeada a la versión digital de las Páginas Blancas y encontrarás una empresa que opere cerca de la casa de tus padres: aquella casa que estás a punto de dejar con gran éxito y sin complicaciones gracias a lo que te acabamos de contar. ¡Mucha suerte!